Ficha:
  • Nombre: Arangatxas (924m.)
  • Situación: Sierra de Gibijo (Alava).
  • Punto de partida: Abezia (Alava)
  • Desnivel: Unos 250 m. desde Abezia a Arangachas.
  • Duración: Unos 16 km ida y vuelta. 4 horas. 
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16.6 km, 00:00:00

Las temperaturas se han disparado este fin de semana de mediados de Julio. Estábamos a falta de calor…pero no tanto. Aires saharianos se han apoderado de nuestro espacio y Vitoria se despierta con temperaturas dignas de Casablanca. 24º marca el mercurio en la esquina de la farmacia en la que espero a los colegas a las 8 de la mañana. Habida cuenta de la sofoquina que se nos viene encima decidimos hacer una andada ligera, sin demasiadas ascensiones. Nos acercamos a uno de esos rincones de naturaleza que hacen de la provincia de Alava un verdadero paraíso natural. La Sierra de Gibijo, en la parte occidental de la provincia, es un verdadero tesoro naturístico al alcance de nuestra mano y que nunca apreciaremos suficientemente.

De gran variedad vegetal y faunística, la sierra ha sido desde siempre aprovechada para labores ganaderas. El lobo ha hecho su aparición recientemente en la sierra, lo que trae de cráneo a los ganaderos de los pueblos que se reclinan en sus laderas. Aparcamos en el pueblo de ABEZIA y desde lo alto de su ermita nos dirigimos en dirección oeste hacia el portillo de la sierra, por debajo de la cruz de Abezia y del alto de Somo-Txobita.. En lo alto del portillo, ya en la planicie de la sierra, torcemos en dirección sur hacia la zona de La Lobera, y una vez pasado el punto CRUCE, torcemos ligeramente al oeste para acercarnos, ya próximos a Arangachas, a la LOBERA que se halla escondida en el hayedo de la zona. Se trata de una verdadera reliquia exponente de la construcción rural medieval, bien conservada, y que suscita en nosotros todo tipo de comentarios. No podemos por menos de imaginarnos las batidas que tuvieron lugar en ella, y a los lobos atrapados en el enorme pozo al final del embudo que constituye la lobera. Los aullidos de los lobos acosados por los perros y los pastores debían poner los pelos de punta a los lugareños.

Como unos 450 m. tiene la lobera en la boca del embudo. De la lobera seguimos ligeramente al oeste para tomar una pista empedrada que nos evitará en parte la incomodidad del bosque bajo y nos irá aproximando a la cima de Arangachas. El último tramo lo hacemos a través del hayedo, ya más limpio, y después de algún rodeo encontramos el buzón de ARANGACHAS (920m.) que corona la cima no demasiado pronunciada de este monte. Descendemos de Arangachas en dirección sur para acercarnos al cortado sobre el Barranco de las Fuentes y contemplar desde ese privilegiado observatorio el pico Marinda y el extenso bosque que se extiende a sus pies. Los altos de la sierra de Árcamo, Repico, Cruceta, Montemayor, y de la sierra de Badaya, Oteros, Lorricho, etc. tantas veces visitados, se tuestan bajo el impenitente sol que cae a plomo sobre las lomas. La temperatura puede alcanzar los 35º. Rápidamente plegamos velas y descendemos, pasado el PORTILLO, en dirección a ANDAGOYA para, después de refrescar nuestras gargantas en la fuente del pueblo, tomar la pista que paralela al ferrocarril, y como en media hora, nos llevará al pueblo de Abezia. Cuando entramos en el pueblo ni los perros salen a recibirnos. Es como si la vida rural se hubiese parado bajo la canícula asfixiante que nos invade.

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