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Ficha:
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- Mapa de situación:
14.1 km, 04:40:59
- Descripción:
Recién pasado el temporal de nieves, nos acercamos al pueblo de Narvaja o Narbaiza, en el límite por el este del valle de Barrundia. La sierra de Urkilla no se ha desprendido de su manto blanco y toda ella reluce iluminada por el sol mañanero.
Aparcamos en el pueblo y tomamos dirección norte, por pista asfaltada que nos llevará hacia el término Llatebe, para superar los altos de la sierra de Narvaja y descender al valle de Barrundia. La pista progresa en dirección hacia la casa y corrales de Beltrán, una vez atravesado el puente nuevo. Atravesaremos el valle, como unos 4 km. hasta llegar al también llamado corral de Beltrán, donde por su derecha tomaremos la pista de tierra que remontando la ladera de Zuatzobaso, llevando el arroyo a nuestra izquierda, llegaremos en el término Ciles de Arbontón a cruzar el arroyo Arangoiti, que nace en la montaña del mismo nombre. En pasado el arroyo ascendemos fuertemente por estrecho sendero que zigzaguea en la empinada ladera, hasta llegar a una enorme piedra que por su lado norte forma una cavidad o refugio llamado Cueva Santa. En su pared vertical se encuentra colocada una pequeña imagen de la Virgen que da nombre al abrigo de piedra. Continuamos dirección norte por la ladera de Arbotón, llevando el arroyo Neguda abajo a nuestra izquierda. Afortunadamente la huella sobre la nieve de unas madrugadoras raquetas nos facilita la andada sobre un manto blanco de unos 40 cm. Puestos ya en el Portillo de San Juan de Artía, a los 1044 m. de altura el valle de Araoz se extiende al norte a nuestros pies, y por el noreste contemplamos a placer la sierra de Aitzkorri con todas sus cumbres nevadas. Penosamente ascendemos a la primera cota que se nos presenta a nuestra derecha, hundiendo nuestros pies más de 40 cm en la nieve reblandecida por los rayos del sol.
Hacemos cima en el monte GAINLABUR o ” Los Barrenos” a los 1084 m. de altura, y desistimos de seguir adelante, pues nos falta material adecuado para ello, como unas simples raquetas. Decidimos la vuelta desandando nuestros pasos.
- Fotografías:
