Ficha:
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- Mapa de situación:
9.5 km, 00:00:00
- Descripción:
El Macizo de Ganekogorta está limitado en su extremo oeste por este gigante de 900 m. de desnivel sin engaño ni descuento alguno.
El monte Gallarraga se yergue orgullosos a la entrada del valle de Sodupe, cual cancerbero que cubre el acceso a la zona del gran Bilbao. Sus laderas se hallan en general muy deterioradas por el impacto humano; innumerables pistas se encaraman por sus laderas fromando un verdadero laberinto de destrucción y mal gusto. Vamos a escoger una de las ascensiones por la ladera mejor respetada de este monte singular.
Aparcamos en el barrio de UGALDE de Llodio, tomando la carretera que desde el centro del pueblo asciende al puerto de gárate hacia la localidad de Okendo. De Ugalde vamos ascendiendo en dirección noroeste hacia los caseríos de LANDETA. El valle se halla cubierto de niebla que se va disipando conforme ascendemos. A duras penas los rayos solares van concediendo al paisaje un poco de claridad. Vamos superando diversos caseríos, por pista asfaltada hasta casi el punto COLLADO de Landeta como a 552. de altitud. Dejamos a nuestra izquierda el monte Pagoeta (Paqueta en el plano) y nos dirigimos ya por camino de tierra hacia el monte Kiputxeta. Rodeamos este último por su lado derecho siguiendo los hitos por una senda que va ascendiendo al lado de una valla en dirección al collado de Kiputxeta (704m.), ya en terreno despejado. De aquí encaramos directos la fuerte pendiente herbosa que nos llevará a la cumbre pasados los puntos COLLADO1 y COLLADO2, que nos servirán de referencia en caso de niebla. Las nieblas matinales se van despejando conforme nos acercamos a la cumbre de GALLARRAGA. El gigante Ganekogorta se despereza a nuestra derecha, todavía cubierto en su totalidad por el blanco manto de nieve de fechas anteriores.
La cubre del Eretxa reta altiva a Gallarraga al otro lado del valle de Sodupe. Al fondo norte el Gran Bilbao comienza el día entre nieblas y humos, todo confundido. Los valles a nuestros pies se hallan salpicados primorosamente por infinidad de caseríos, cuyas chimeneas comienzan ya a emitir los humos de los primeros guisos. Nosotros damos cuenta de nuestros bokatas acompañados de un rico clarete navarro, mucho rico y mucho güeno, a la vez que desde nuestro observatorio a 900m. filosofamos sobre la dureza de la vida montañera. La vuelta por el mismo trazado.
- Fotografías:
