Ficha:

  • Travesía: De Vitoria-Gasteiz (Larrea) a Santuario de Loiola(Azpeitia)
  • Etapas: 2 etapas.  Larrea a Zumarraga y Zumárraga a Loiola
  • Duración: 55 km de recorrido en dos estapas
  • Cartografía: 113-I ; 88-4 ; 88-III ; 63-IV
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44.7 km, n/a

 Descripción:

 1ª jornada(35 km. Larrea-Zumárraga):

     

Hacía tiempo que veníamos hablando los colegas del monte en afrontar el reto de llegar a Loyola desde Vitoria. La ocasión se nos ha presentado este verano, concretamente los días 2 y 3 de Julio-05. Realmente no comenzamos a andar desde el mismo Gasteiz, pues hubiera sido excesivo y muy plomizo el primer tramo. Así que pedimos a un amigo que nos acerque a la pequeña localidad de Larrea, y desde ella comenzar la andadura. 

De Larrea al collado este del Aumategui-Gaña como tres cuartos de hora de recorrido. La mañana es espléndida y se augura un día de los de aupa. Del collado de Usakotxena descendemos al nivel de 700m a la vertiente norte de la sierra de Elguea hasta una vez pasado un gran poste de alta tensión tomar por encima de una canal de agua que por debajo de Andarto va a abastecer una pequeña presa encima de Araoz. El camino es cerrado en su mayor parte con pequeñas aberturas que nos permiten ver las bellezas del valle de Araoz con Aranzazu al este. Pasamos por debajo de la ermita de la Santa Cruz, y en dirección a Orkatxategui. Pocos recorridos son tan bellos y desconocidos como el que estamos atravesando. El camino se abre a las campas del Orkatxategui y seguimos en dirección a su collado oeste para bajar al casería Urréxola. Las vistas del pantano de Urkulu con el Amboto y Udalaitz como telón de fondo compensa con creces el desgaste de la travesía. 

Descendemos a nuestra derecha al pequeño pueblo de Urrexola-Garay por una pista en parte empedrada, en parte asfaltada. A nuestra derecha bajando se abre uno de los rincones mas preciosos de Euskadi que es el valle de Araoz visto desde este punto. La variedad arbórea es notable y la naturaleza rompe con toda su belleza. Descendemos hasta tomar la carretera a Oñate, localidad a la que llegamos después de 4 horas de andada sobre las 13 horas. El sol cae a plomo y el calor empieza a hacer mella en nuestro propósito inicial de alcanzar Loyola, objetivo que divisamos muy lejano. En Oñate y en una taska de su plaza mayor, junto a la Iglesia, descansamos un rato y nos solazamos con dos jarras de cerveza por barba y unos pintxos de tortilla. Son las dos de la tarde cuando dejamos el bar muy a nuestro pesar. En la calle se caen hasta las moscas. 35º C nos esperan impenitentes.
La penosa ascensión que emprendemos desde la misma Plaza de Oñate se dirige por la lomada izquierda del arroyo San Lorenzo hacia lo alto del collado de Argileku. En la parte alta de la ascensión encontramos una fuente con abundante agua en la que además de calmar la sed nos refrescamos la cabeza y otras partes del cuerpo. De no ser por ella a un colega le podría haber dado una lipotimia. El sol se halla en todo su zénit, exactamente encima de nuestras cabezas. No hay forma de esconderse a su furor. Ya en el collado, a nuestra derecha, y por una pindia lomada nos dirigimos al ARROLAMENDI pasando por el Arrano- Beltza.

Del Arrola (907m) nos dejamos caer, siguiendo marcas en dirección a Descarga-Zumarraga. El descenso es agradable y suave, por campas herbosas y abiertas, que ya nos permiten divisar el final de la primera Jornada. Nos desviamos ligeramente a nuestra derecha para evitar el puerto de Descarga, pasando por Lakiolamendi y descender directamente a Zumarraga, junto a los viejos pabellones de la hacería de Patricio Echeverría. Atravesamos Zumarraga y Villarreal en dirección al barrio de Etxe- Berri y al hotel del mismo nombre donde hacemos noche. Quedan atrás unos 35 km de Travesía. Alcanzamos el hotel sobre las 18 horas. Zumarraga vibra en fiestas de su patrona la Virgen de la Antigüa. Nosotros participamos de la fiesta como podemos, pues no estamos para muchos saltos. Decidimos cenar en el mismo hotel; el pueblo está a tope de fiesta y gentío. Nuestra decisión es acertada al trapiñamos uno de los mejores besugos de nuestra existencia. Restaurante Hotel Etxe Berri, tomada nota.

2ª jornada (20 km Villarreal-Loyola):

   

A las 8 horas abandonamos el hotel y muy cerca del mismo tomamos una pista en dirección a la ermita de San Lorenzo. La pista nos descubre uno de los bellos rincones  del valle del Urola, donde un casero dialoga a gritos con sus vacas para indicarles la localización de unos frescos  pastos. Juraría que ellas le entienden. Una vez en la ermita seguimos ascendiendo por la lomada en dirección al collado de Pagotxeta. El monte Samiño está a nuestra izda. como a 15 min. de ascensión. Del collado de Pagotxeta parten las marcas que no abandonaremos hasta Loyola. En el collado y a la sombra de sus enormes pinos, tomamos un refrigerio. No voy a engañaros, nos soplamos una botella de tinto rioja alavesa para acompañar los embutidos que todavía nos quedan del día anterior. 

Descendemos por la preciosa pista que se inicia en dicho collado y que aprovecha en su descenso las abruptas caídas del Samiño. La vista se pierde por el valle que asciende a nuestra derecha hasta las alturas del Isaspe. Según perdemos altura aparecen las cimas del Erlo y Kakuta. Nuestros pasos se encamian en dirección a Oñatzmendi. Ya en el pequeño barrio de Oñatz tomamos dirección a una enorme cantera y por la parte izda. de esta descendemos a la carretera que en un par de km nos lleva a Loyola. Son las 12 horas cuando avistamos el santuario. Las campanas llaman a la gente a la misa dominical. Nuestra travesía ha terminado. Son unos 55 km aprox. que han quedado atrás. Nos felicitamos mutuamente y emprendemos regreso a Vitoria-Gasteiz.

 

 

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