Ficha:

  • Nombre: Argualas (3046m), Algas (3036m) y Garmonegro (3051m).
  • Situación: valle de Tena. Panticosa.
  • Punto de partida: balneario de Panticosa.
  • Desnivel: 1411 m.
  • Duración: unas 8 horas de duración.
  • Cartografía: TopoSpain.
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  • Mapa de situación:

10.3 km, 08:05:14

  • Descripción:

La montaña Tensina marca el comienzo, por su vertiente occidental, de lo que se conoce como gran o alto Pirineo, entendiéndolo éste como el pirineo cuyas cimas superan ya la cota de los 3000 metros. El Balaitous, el tres mil más occidental del Pirineo, Anayet, Gran Facha o Pico del infierno son sólo algunas de las montañas de renombre que jalonan este valle y con las que alguna vez hemos soñado todos los montañeros habituados a caminar frente a los afilados vientos de esta cordillera.

 Pero no sólo ofrece actividad el valle de Tena para montañeros expertos. Todo lo contrario. Atravesado de norte a sur por el río Gállego, el valle hará las delicias de los amantes del barranquismo o del rafting. Para aquellos excursionistas que quieran hacer cortas travesías de varias horas, el valle está moteado con multitud de ibones de origen glaciar que en primavera reciben las aguas de deshielo de las cimas circundantes. Refrescarse en el agua helada, tumbarse después en la hierba, un trago de vino y respirar… Perdónanos, cielo, por llegar tan alto.

 La ruta comienza en el Balneario de Panticosa. Desde el inicio de la caminata podemos en todo momento, en dirección noroeste, contemplar los tres picos a los que nos dirigimos y el collado, Ras Argualas, desde el cual los deberemos atacar. No pasa inadvertido al montañero que la distancia en longitud no es mucha pero que la altitud es considerable.

Enfilamos el camino que bordea la orilla derecha del Ibon de Baños y que conduce al bosque de pinos bajo la ladera que cae directamente desde el collado. Un zigzagueante camino atraviesa el bosque y aunque al principio su inclinación es suave, no tardará en empinarse, tras lo cual la ascensión no dará tregua. A partir de aquí el camino está marcado con hitos y resulta bastante evidente ya que es directo hacia el collado que se encuentra a la izquierda del Garmonegro. En cualquier caso, tras alcanzar la Mallata Alta (2255m), nos encontraremos un laberinto de piedra que discurrirá paralela a la mole rocosa del Garmo Negro en dirección hacia el collado ras Argualas.

Conviene aquí estar atento ya que existen multitud de hitos que marcan alternativas distintas, algunas de las cuales, suponen en la bajada el descenso de alguna pequeña chimenea. Aquí interviene la pericia de cada uno pero conviene tener claro que se puede atravesar sin ningún problema. Si se ven dificultades o pasos poco claros no costará mucho darse la vuelta y coger otra alternativa. Ya en el collado, podremos ver en la veta rojiza del Garmonegro, el serpenteante camino que han trazado los montañeros por la pedriza hacia la cumbre. La inclinación es fuerte y el camino resbaladizo; Garmonegro pone otra vez a prueba a los montañeros que quieran hollar su cima. Ya arriba, el panorama es inmenso: los ibones de Pondiellos bajo la mirada pétrea y desafiante del Macizo del Infierno, Balaitous y Frondellas, y, detrás nuestro, el cresterío que avanza por el circo enlazando sobre el collado Garmonegro, Algas y Argualas. Con paciencia, recobramos fuerzas y nos decidimos a emprender el descenso por el mismo camino. A mitad de lapala, antes de llegar al collado, se intuye el camino que da acceso a la cresta del circo que forman los tres montes de hoy. Aunque el cresterío que enlaza las tres cumbres es fácil, tiene pasos aéreos por lo que habrá que extremar las precauciones.

El recorrido no está marcado y aunque consiste simplemente en avanzar por la cresta uniendo las dos cimas, es más fácil si se avanza por la parte este de la cresta (por la izquierda si se avanza de Garmonegro a Argualas). La bajada de nuevo al balneario de Panticosa se realiza por el mismo camino y aunque la hazaña conseguida ha sido importante, nunca es plena la felicidad del montañero… Cuentan que, tras conquistar el mundo conocido, se encontraba Alejandro Magno en mitad del desierto, junto a su maestro, mirando absorto las estrellas y los planetas. Reparó entonces el maestro en que una lágrima cruzaba el rostro de su alumno. ¿Qué te sucede, Alejandro?, preguntó el maestro, ¿Por qué lloras? Alejandro secó sus lágrimas -hay que recordar que un hombre de su estirpe no llora jamás- y respondió al maestro: lloro porque de entre todos esos mundos, yo sólo podré conquistar éste. 

*Nota: Esta ruta se ha hecho en temporada estival, sin embargo, es esta una montaña que se carga de nieve en invierno así que en función del mes podemos encontrar neveros que dificulten la ascensión Valorar piolet y/o crampones.

  • Fotografías:

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