• Nombre: Brecha de Roland.
  • Situación: Valle de Ordesa.
  • Punto de partida: San Nicolas de Bujaruelo. (camping). 

 Fecha ascensión 10-08-2006


 

  • Descripción:

Partimos a las 6 a.m. después de 4 días de estancia en Torla. Tomamos el coche y nos dirigimos hacia el Puente de los Navarros por una pista bastante peliaguda (amantes del tuning: cuidado con los bajos del coche.). Continuamos por esta pista hasta llegar al camping de Bujaruelo donde dejamos el coche hacia las 7 a.m. Preparamos nuestro equipo, fundamental bastones y barras energéticas llevar buena cantidad de agua ya que son 10 horas las que se avecinan de ruta. Al fondo del camping tenemos el puente de Bujaruelo que debemos cruzar. Aquí nos encontramos la primera indicación en un poste: Puerto de Bujaruelo 2h. 30m. (totalmente de acuerdo con el tiempo que indica).

El desnivel que debemos salvar no perdona y desde el primer momento nos damos cuenta de la dureza de esta primera fase. Vamos ganando altura en zig-zag por un camino bien marcado. Nuestro objetivo inicial es alcanzar unas torres de alta tensión. Pasado un buen rato de ascenso incesante llegamos a una torre de alta tensión y nada mas cruzarla encontramos otra indicación hacia un ibón con una fecha. Importante no tomar la dirección del ibón y continuar por el camino de la izquierda, debemos de continuar ganando altura. Proseguimos la subida interminable, pronto observamos que el camino deja de zigzagear y transcurre diagonalmente atravesando la ladera. Este camino desenboca en el comienzo del valle que nos guiará hasta el puerto de Bujaruelo.

Avistamos una caseta de piedra que dejaremos a escasos metros a nuestra izquierda y continuamos por el camino. Inicialmente el camino no esta bien marcado pero no os preocupéis la faena consiste en ir progresando a la largo del valle con un desnivel mucho mas suave que el que traíamos por el margen izquierdo del mismo. Pronto veremos el camino que nos guiará. El paisaje y las sensaciones que tenemos en este valle son maravillosas, solo interrumpe el silencio el piar de un águila. Pronto empezamos a sentir que la primera parte de la jornada a merecido la pena y esto nos anima a seguir con mas ilusión. Al fondo del valle tenemos la subida que debemos pasar para llegar al parking de Bujaruelo. Recomiendo hacer esta subida atacándola por la izquierda ganando altura previamente, ya que el camino es mas cómodo. Una vez salvado el barranco del puerto de la pazosa llegamos al alto donde observando como se incorporan muchos montañeros de la vertiente francesa   (puerto de Gavarnie) decidimos tomar un descanso. Hasta este punto hemos realizado la mitad de la jornada.
Dada la afluencia de gente en estas fechas veraniegas, el camino recuerda a una procesión predominada por los franceses que se han ido incorporando desde Gavarnie. El camino transcurre con una subida sin excesiva pendiente que sirve para recuperarnos de la pechada anterior, ganar unas fuerzas en este punto van a ser vitales para afrontar nuestro reto final. Según nos vamos aproximando al collado, la pendiente empieza a aumentar y el camino va cambiando su configuración, cada vez tenemos más rocas bajo nuestros pies. Podemos observar a nuestra derecha el glaciar del Taillón con nieves perpetuas que provocan debido a su deshielo alguna cascada que deberemos salvar. Tenemos un primer obstáculo y tal vez el punto más delicado en toda la subida . Observamos como fluye el agua de entre las rocas y el terreno comienza a hacerse más resbaladizo , ayudados por una cadeneta colocada en el margen derecho del caudal vamos ganando altura, tomando muchas precauciones para no tener un patinazo. Nuestro asombro al ver la imprudencia de la gente y el poco respeto al pirineo al venir a estas rutas con zapatillas de andar por casa... Pasado este primer mal trago, proseguimos la subida hacia el collado, con un terreno ya digno del paisaje en el que nos encontramos, zigzageando para salvar piedras y peñascos que imposibilitan su paso llegamos al ansiado collado donde podemos avistar el refugio de Sarradets y avanzando unos pocos metros más,  podemos contemplar la Brecha de Roland!. Hacemos una parada larga en el refugio, tomar algo de energía en este punto es importante ya que el desnivel a salvar a partir de este punto es brutal.
Las sensaciones a esta altura son inexplicables , formar parte del entorno que nos rodea es la cosa más grande que nos había ocurrido en mucho tiempo y estamos seguros de que esta sensación permanecerá con nosotros para siempre y siempre tendremos la necesidad de recuperarla.
Aquí confluyen gentes de diversas zonas, nos topamos con montañeros que vienen desde Goriz, otros que han atacado desde la pradera de ordesa por cotatueros, las posibilidades son variadas, pero todos confluimos al mismo punto. Desde el refugio se distingue en medio de la pedriza el sendero a seguir, el hormigéo incesante de la gente redibuja el camino con multitud de tonos y contrastes. Ver tanta gente nos anima a continuar y a echar el último pulso a la montaña! . Nos ponemos en guardia y apenas sin levantar la cabeza del suelo aparecemos en el glaciar de la brecha, en nuestro caso no hemos tenido que usar crampones para superarlo. Tomamos alguno foto de la brecha y unos últimos tragos de agua. Son pocos metros los que nos separan de nuestra meta, pero el terreno no da confianza en este punto, los últimos tramos nos hacen echar cuerpo a tierra y aferrarnos bien a las rocas, ya que los balcones a superar son como muros de cemento.

 

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