Ficha:

  • Nombre: Pico Candina (476 m.), Solpico (483 m.), Pico Tueros (394 m.)
  • Situación: Sierra de Peña Candina. Valle de Liendo.
  • Punto de partida: Parking salida de la A8 de Liendo (Bilbao – Santander).
  • Desnivel: 350 m.
  • Duración: 8 km. de travesía y 3,30 horas.
  • Cartografía: Topo Spain.
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7.8 km, 04:54:24

En el valle de Liendo emerge imponente desde el mar un agreste macizo rocoso: la Sierra de Peña Candina, que con sus apenas 500 metros de altura, posee la estructura ajada y pedregosa propia de montañas cientos de metros más altas. Tierra de mineros, estos peñones calizos constituyen el ecosistema de la última colonia de buitres leonados marinos de Europa y alberga en sus laderas ejemplares de bellos encinares de origen mediterráneo.

El inicio de la ruta parte de un parking junto a la N-634, en la salida de la A8 de Liendo (Bilbao – Santander). De allí parte un pequeño sendero (no confundir con la pista que atraviesa una verja y lleva a una casa abandonada) que nos conducirá por un frondoso bosque y sin pérdida hasta la Llana de Tueros. Avanzando por este pedregoso camino el montañero comienza ya a apreciar el tesoro escondido que es esta sierra y comienza a ser consciente de que el día que le espera será un día memorable. En este punto, continuamos por el camino que enfila al oeste y se dirige hacia Peña Candina. A partir de aquí comienza un laberinto de roca en el que conviene permanecer atento a los hitos y no despistarse. No hay camino marcado y en alguno de los pasos tendremos que echar las manos. Nuestro camino bordeará una hondonada en cuyo lado opuesto aparecerán dos aberturas en la roca, los ojos de Llanegro, que nos vigilarán en toda la ascensión a la cima. Desde ella, la sudada se ve recompensada, pudiendo disfrutar del litoral cantábrico desde una posición privilegiada. Deshaciendo lo andado, volveremos a descender unos pocos metros, para seguir hacia el oeste bordeando la hondonada. De nuevo, el camino no está marcado pero es muy intuitivo y con algo de experiencia en montaña no nos será difícil recorrer todo el circo, alcanzando el monte Solpico y caminando, después, sobre la cabeza de Llanegro, con cuyos ojos en la ladera opuesta nos vigilaba. Siguiendo así volveremos al mismo punto en la Llanada Tueros, donde hacía un par de horas nos habíamos desviado. A partir de este punto comentar que la ruta seguida (ver track gps) no está marcada en su mayor parte sino que transcurre por grandes lajas de piedra de difícil andadura en las que conviene llevar pantalón largo para evitar rozaduras con los altos matojos. El camino pierde altura hasta llegar al extremo norte de la sierra, donde nos toparemos con un fuerte desnivel que impedirá nuestro paso y desde el que divisaremos la paradisíaca playa de Sonabia y Oriñón. A partir de aquí, sólo hay que ganar altura hasta el monte más alto que se enfrenta al mar (Pico Tueros) por su cara norte,  por “donde se pueda” y “como se pueda”. Si hay camino, nosotros no lo encontramos y, sinceramente, ni falta que hizo. A los trotamontes nos gusta echar la mano a la roca y sentirla con los dedos.

Ya en la cima, donde encontraremos un pequeño vagón que homenajea el pasado cantero de estas tierras, sólo quedará disfrutar de las vistas, respirar la brisa y enfilar la escarpada cara sur de la montaña hasta, de nuevo, la Llana de Tueros. Creemos que tiene que haber rutas más fáciles para Solpico pero nos gusta esta, qué cojones. De aquí es deshacer lo andado hasta el coche.

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