Ficha:

  • Nombre: Erga (1094m.)
  • Situación: Sierra de Erga.
  • Punto de partida: Aguinaga (Navarra). En el valle de Gulina. Muy cerca de Irurtzun.
  • Desnivel:  600m.
  • Duración de la travesía:4 horas la vuelta completa.9,75 km.
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  • Mapa de situación:

9.4 km, 00:00:00

  • Descripción:                                                                                                   

Al final del valle de la Barranca o Sakana, cual centinela y guardian de todo lo que en el valle se mueve, se halla la altiva cima del monte Erga. En los días claros es un buen observatorio del pirineo navarro y de todas las alturas clásicas de la Navarra media. Sobre los 1000m. de altura se halla la preciosa ermita de la Santísima Trinidad de Erga, en cuya romería del 15 de Junio se congregan en lo alto los vecinos de la zona. Nos acercamos al pueblo navarro de AGUINAGA, en el valle de Gulina, en cuya Iglesia se conserva la imágen de la Trinidad que existió en la ermita. Poco después de ascender de Irurtzun hacia Pamplona por la N240 como a unos 2 km tomamos el desvío al valle de Gulina por la N4120 que nos llevará a Aguinaga. En lo alto del pueblo y por el lado izquierdo de su Iglesia tomamos una ancha pista que abandona el pueblo en dirección noroeste. Pasamos una puerta metálica y dejando a la izquierda el cementerio del pueblo vamos ascendiendo por pista cementada hacia el hayedo que decora las faldas del Erga. En el punto PISTA nuestros pasos se encaminan seguros hacia la cima describiendo las numerosas curvas a las que nos obliga la ancha pista que hemos tomado abajo en el pueblo. Los romeros ascienden con carretas por este mismo camino y en los mediados de Junio. Totalmente cubiertos por el precioso hayedo encaramos la recta final ascendente que nos dejará en la explanada donde se asienta la ERMITA y la casa del ermitaño. Apenas un vistazo a la ermita, a la que volveremos para el almuerzo, y continuamos a nuestra derecha por marcado sendero que en unos 15 minutos nos llevará a la cima del ERGA como a 1094 m. de altura. La lluvia nos ha concendido un respiro en esta mañana de finales de Abríl, pero el exceso de humedad ambiental se condensa en forma de niebla en las alturas y valles y apenas podemos adivinar nuestro entorno. Al sur podemos divisar los altos de Gaztelu y Txurregui entre retazos de nubes y neblinas. Irurtzun todavía dormita abajo a nuestros pies. La cima está surcada por lo que creemos pueden ser antiguas trincheras. Pacere ser que en su día la cima estuvo fortificada y artillada para defender el paso de dos Hermanas. Descendemos de nuevo a la ermita de la Trinidad donde damos buena cuenta de nuestros bokatas, regados con rico, rico, rico vino de la rioja Navarra. Muy cerca de la Ermita y en pasando una valla tomamos el sendero de descenso a Aizkorbe. Hemos de descender fuertemente por camino resbaladizo como unos 400m. de desnivel hasta llegar a un BEBEDERO de ganado. Del bebedero seguimos descendiendo como unos 100m. para tomar a nuestra izquierda en una bifurcación donde encontramos otro bebedero escondido entre la maleza.  De este punto la llegada a AIZKORBE ya no tiene pierde.  En pasada la iglesia del pueblo tomamos la pista del CEMENTERIO y después de pasar una perrera descendemos a la CARRETERA N4120. En un recodo del camino una horripilante visión nos sale al paso; un repugnante jabalí de mirada torva y pelo de puercoespín se halla encorralado en un rincón de la perrera, pero a nosotros se nos antoja libre y salvaje. Ni la visión del mismo belcebú se nos hubiera antojado tan asquerosa. Apretamos el paso y como  en media hora entramos de nuevo en Aguinaga. Estamos en trance de cambiarnos nuestras embarradas botas cuando una aparición tiene lugar en el pueblo. Una ruidosa furgoneta matrícula de Vitoria entra en el pueblo anunciando su preciosa carga de helados y golosinas. Con nuestra sed acumulada durante la travesía nos acercamos a ella demandando incrédulos unas cervezas. Para sorpresa nuestra el de la furgoneta nos saca de entre los hielos tres preciosas latas de Heineken que libamos con placer en un plis plas. Es un milagro que hemos de agradecer no se si a la Trinidad del alto o a alguna bruja escondida en los adentros del bosque. A falta de angulas en la Aguinaga Navarra pescamos unas fresquísimas latas de cerveza que alivian gratamente nuestras gargantas sedientas. La dureza de la vida del montañero tiene estos reconfortantes momentos.

  • Fotografías:

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